Aún no ha salido el sol para inaugurar esta dulce estación, pero al menos hoy no ha llovido.
Mientras esperaba a que me recogieran en coche miraba tristemente el monte de delante de mi casa, echando en falta el manto de flores amarillas que suele inundarlo por estas fechas.
Tan apagado se veía que no era capaz de ver ni una flor. He decidido entonces pasear un rato por ahí, aprovechando ese ratito inesperado de tranquilidad.
¡Cuál ha sido mi sorpresa al encontrar flores, insectos y primavera!Hasta he superado mi PANICO a las abejas para intentar sacar una fotografía para l'Atelier. No es una maravilla de fotografía pero estoy muy orgullosa porque es la primera vez en mi vida que estoy tan cerca de una abeja sin volverme loca de miedo.
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